martes, 10 de septiembre de 2013

La vida es una rotonda,siempre se vuelve al principio de algo que parecía el final.

Las grandes batallas no se ganaban quedándose quieto,mirando como pasaban las cosas,los cobardes siempre han sido gente sin fundamento incapaces de luchar por lo que quieres,ellos no llegan a ningún lado...simplemente se esconden y gritan cuando ya no pueden más.
Las grandes batallas las ganan los valientes,los que luchan por sus sueños,por sus ideales,los que quieren defender aquello que poseen y aquello que se les es querido,los que pase lo que pase siempre siguen adelante.
Y es que la vida como si de una batalla se tratase,es una lucha constante por sobrevivir,por saber que hacer en cada momento,por saber cuando algo ha empezado o cuando ya ha llegado a su final.
Os voy a contar una pequeña historia espero que os guste:
-Cierto día iba caminando por la orilla de la playa,me encontré a un hombre pescando en una roca,pensé que era un anciano ya que tenía muchas arrugas y yagas por la cara,por los brazos,esos brazos que parecían robustos pero a la vez muy poca cosa.
Conforme me acercaba a él me dio una sensación extraña,sabía que algo interesante iba a pasar,me acerqué, le saludé y nos pusimos a hablar.Al cabo de un rato acabé descubriendo su edad, algo que me dejo perpleja ya que no parecía tan joven,me quede un rato pensativa mirando como podía tener tanta arrugas siendo más o menos joven,él se dio cuenta de que le miraba y giré la cabeza bruscamente mirando al horizonte,algo tan inmenso que es incalculable,sin yo esperarlo el siguió hablando: ''¿Ves la linea en la que la tierra, el mar se juntan con el cielo? Esa es la meta,eso es el final de tu historia,es tu objetivo,allí esta aquello que deseas alcanzar, aquello por lo que tienes que luchar con uñas y dientes aunque caigas en el intento,aunque muchas veces estés descontenta con el resultado.''
Me sorprendí tanto de aquello que me dijo,de aquella mini lección de vida que me dio en tan solo un instante que me metí en mi pensamiento analizando si yo sería capaz de alcanzar aquello que ansío sin que el miedo me lo impida. Cuando volví en mí aquel hombre siguió diciéndome: todas mis arrugas y yagas son muestras del cansancio,del cansancio de librar batallas perdidas,pero también de conseguir grandes victorias,de todas las caídas,los tropiezos,de las grandes decisiones que he tomado y los caminos que he elegido,porque yo viví siendo valiente a pesar del miedo,de las dudas, siempre seguí adelante y ahora aquí me tienes en el mismo lugar al que venía con mi padre a pescar y disfrutar de la brisa del mar.-

En ocasiones querrás abandonar tu lucha,querrás volver al principio,incluso desearas no haber empezado nunca,pero lo que tu no sabes es que si sigues luchando acabaras donde deseas...al principio del final,al final del camino...de ese camino que por alguna extraña razón ya has emprendido sin darte cuenta.

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